La luna suele estar relacionada con la magia, el misticismo, los ciclos femeninos y los de la naturaleza, y a menudo genera una potente influencia sobre nuestras emociones.
La luna suele ser una de mis energías favoritas al momento de realizar alguna práctica. No sé el por qué con certeza, pero siempre he sentido que esta luminaria, como se suele denominar en astrología, cuenta con un poder especial, con una vibración mágica que despierta mi admiración.
Suele estar relacionada con la magia, el misticismo, los ciclos femeninos y los de la naturaleza, y a menudo genera una potente influencia sobre nuestras emociones. Sus cuatro ciclos, que nos hablan acerca de diferentes etapas de la existencia representan un inmenso potencial a la hora de conducir y aprovechar su poderosa energía para alcanzar nuestros objetivos.
Ya era normal escuchar hablar a nuestras madres o abuelas sobre que tipo de luna íbamos a presenciar en ciertas fechas y como pretendían aprovecharla para actividades de jardinería, cargar aguas o sencillamente cortarse el cabello. Pienso, que es interesante recuperar todos esos conocimientos tradicionales que de alguna manera se han ido perdiendo, y que se sabe generan un impacto muy positivo en la forma como nos relacionamos con la naturaleza y el entorno que nos rodea.
A continuación, intentaré explicar de manera breve en que consiste cada uno de los 4 ciclos lunares y de que manera podríamos aprovechar su impacto energético.
LUNA NUEVA
En esta fase la luna aparentemente ha desaparecido por completo. Su poder radica en el potencial que tiene para manifestar nuevas cosas, nuevos comienzos. Es a partir de allí, donde la luz que irradia empieza su fase de crecimiento, por lo tanto, este ciclo nos va a colaborar en aquello que tenga que ver con proyectos nuevos, ideas nuevas, emprendimientos, nuevos objetivos, el cierre de un periodo, manifestar aquello que queremos lograr, dejar atrás las cosas que no necesitamos y por su puesto para renovarnos. Dicho de otra manera, representa un nuevo nacimiento.
LUNA CUARTO CRECIENTE
Es conocida como el segundo cuarto que ocurre 7 días después a la luna nueva. En esta fase la luna se ha iluminado hasta la mitad. Energéticamente representa todo el potencial con que se cuenta para que algo pueda crecer. Lo que se trabaje aquí, tiene la fuerza y la capacidad de obtener sus mejores frutos, de alcanzar los mejores resultados. Como es una luna joven todavía, cuenta con la determinación que se necesita para poder enfocarse en los ideales. Es un ciclo de acción y progreso que nos permite realizar los ajustes necesarios para llegar a feliz puerto. Su influjo nos aporta la habilidad de decisión que necesitamos para poder avanzar.
LUNA LLENA
Aquí la luna se encuentra en su máximo potencial. Es una luna realmente poderosa que saca lo mejor de cada quien. Como se encuentra completamente iluminada, nos ayudará a traer a la luz cosas que podrían encontrarse ocultas. Así mismo, nos permite conectar con nuestra propia luz interior y abordar prácticas de índole espiritual. Es un periodo para celebrar y agradecer, ya que. nos sentiremos plenos y con una agradable sensación de bienestar. Su brillo colabora generosamente en rituales de limpieza y protección, como también en la carga energética del cuerpo y el de nuestros cristales, herramientas y amuletos.
LUNA CUARTO MENGUANTE
Es en esta fase donde suele relacionarse a la luna con el arquetipo de la mujer anciana. Es un periodo de decaimiento en el que su brillo se ha reducido a la mitad, por lo tanto, si hay cosas que quieres quitar o sacar de tu vida, este será el momento apropiado para realizarlo. Es una etapa de reflexión en la que reconsideramos aspectos importantes de nuestra existencia, a partir de lo cual, podremos planificar los ajustes necesarios para iniciar un nuevo ciclo. Como tiene una fuerte influencia sobre nuestra faceta espiritual, genera un entorno muy oportuno para sanar heridas, sobre todo, si son, de tipo emocional. Sin duda es el momento para entregarnos al cambio y transmutar nuestra energía.
